domingo, 5 de mayo de 2013

El aipá de mi abuela

El aipá de mi abuela:

Mi abuela es la persona más joven que yo conozco. Cuando digo joven, me refiero al espíritu que tiene. Hablo de ese espíritu de innovación, esa voluntad que nada la frena, muy característica de los jóvenes, y esa capacidad de adaptarse a cualquier situación. Mi abuela es, como ya dijo en su día el beato Juan Pablo II, una joven de ochenta y dos años.

La vida de mi abuela es muy difícil de resumir en una entrada de un blog, sin embargo, en los dieciséis años que yo llevo conociéndola ya me ha dejado "alucinando" innumerables veces. Lo mínimo que puedo hacer es dedicarle una entrada.

Mi abuela es una persona incansable que le encanta conocer cosas nuevas. Le apasiona viajar y conocer nuevas culturas. Ha visitado todos los continentes del mundo y ha estado en muchísimos países. Le gusta la cultura, ya que va todas la semanas a diferentes exposiciones de arte y conciertos en el auditorio. Estudió enfermería y teología cuando era más joven y disfruta mucho leyendo.

 Además es una persona muy sociable, le encanta salir con sus amigas a jugar al bridge. Siempre ha sido el alma de la fiesta y baila muy bien flamenco. Además le gusta mantenerse en forma y a diario va dos horas al gimnasio. Como le gusta mucho salir, se conoce cada bus, cada línea de metro y cada parada de Renfe de todo Madrid. Pero, sobre todo, le apasiona hablar.

Mi abuela es un ser humano y por lo tanto no es perfecta. Es un peligro al volante. Tiene ochenta y dos años y aún no ha aprendido a cocinar, sólo maneja la tostadora y el microondas. Su fuerte no es la ortografía y es un poco cabezota, algo que han heredado todos sus hijos.

Entre sus últimas hazañas se encuentra la del tabaco. Mi abuela empezó a fumar con tan solo doce años y hasta hace poco fumaba al menos una cajetilla al día. Ningún médico logró encontrar una sola mancha en sus pulmones y como creía que no le afectaba, seguía fumando. Hace un año su dentista le tuvo que poner un implante y le dijo que su diente se le había caído a causa del tabaco. Al día siguiente lo dejó. Hasta el día de hoy no ha vuelto a fumar. ¡Es increíble!

Cuando decidió dejar de fumar, los Reyes Magos le trajeron un iPad, y se propuso aprender informática. Pensad lo que puede suponer, a los ochenta y dos años, intentar comprender de golpe términos como "wifi", "internet", "iPad", "red inalámbrica" o "e-mail". Como probablemente no acaba de entenderlo bien, ella ha unificado todos los términos en uno nuevo: "el aipá". "Que se me ha roto el aipá" dice ella, refiriéndose a la conexión de red. "Que me han tocao el aipá, y han desaparecido las fotos", cuando en realidad estaban en otra carpeta.

Aunque es verdad que esto lo ha hecho para modernizarse y para ser partícipe de nuestra sociedad, yo creo que lo en realidad lo hace para que le hagamos más caso y que le dediquemos más tiempo, porque lo que ella verdaderamente más quiere es a sus ocho hijos y a sus diez y nueve nietos.

Como podéis ver estoy muy orgulloso de mi abuela, es muy lista y tiene mucha personalidad y lo que más me gusta es que sea mi abuela.



Abuela: Espero que consigas leer esta entrada desde tu aipá. ¡VA POR TI ABUELA!

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